Un estudio de la Universidad Miguel Hernández de Elche puede acabar con la era del tupper (no de una marca concreta, sino de algunos envases), pues demuestra que ciertos plásticos, sometidos a las altas temperaturas de los microondas, pueden provocar graves daños en la salud.
El científico Ángel Nadal coordina esta investigación sobre los plásticos de policarbonato como el bisfenol A, que están en numerosos objetos de nuestra vida cotidiana, como las fiambreras (de plástico duro y transparente), en cañerías, botellas de agua e incluso los biberones de los niños pequeños. Se identifican por tener un número 7 grabado en su base.Estas sustancias "se hacen pasar por hormonas en nuestro organismo, por ello se les llama también disruptores endocrinos".
Entre otros efectos, la exposición a esta sustancia y otras como los talatos, produce alteraciones en el sistema nervioso, en las neuronas, en las mamas (propensión al cáncer), esterilidad, diabetes o dolencias cardiacas, e incluso se han relacionado con el cada vez más frecuente cáncer en los testículos.
Además, para que estos componentes resulten dañinos "no hace falta consumir demasiada cantidad, y otros estudios confirman que el 95% de los estadounidenses tienen estos tóxicos en la orina", asegura Nadal.
El tóxico puede pasar a los alimentos con el simple contacto, pero es al calentarlos en el microondas o al baño maría cuando se produce el mayor peligro. "También los ingerimos en las latas de conserva, pues llevan un revestimiento plástico en su interior y, al calentarlas para evitar el botulismo, se transmiten las sustancias".
Científicos de varias universidades españolas estudian este tipo de tóxicos presentes en los plásticos, aunque la UMH es puntera. Estas sustancias ya se han prohibido en Canadá, y aseguran que en Europa podría pasar.
Cientos de pymes de la provincia lo usan
En Alicante, la industria del plástico tienen importantes núcleos de distribución y fabricación en Aspe, Elche y especialmente en Ibi. A pesar de la dura competencia china desde el año 2000, son cientos las pequeñas empresas que sobreviven produciendo todo tipo de objetos, desde bandejas hasta macetas, platos, fiambreras... en pleno proceso de deslocalización del sector juguetero. En Aspe y Onil se concentran también los principales almacenes de venta al por mayor de baratijas, que distribuyen objetos chinos y nacionales.
Fuente: 20minutos.es
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