26 febrero 2009

'Le vendo mi casa, pero me quedo en ella hasta que me muera'

ROMA.- Un apartamento en el centro de Roma se ofrece con un 20% de descuento y "no podrá encontrar una oportunidad mejor en toda la capital italiana", le dice Francesca Grasso a su cliente.
El piso, de 60 metros cuadrados y un dormitorio, se vende a 195.000 euros, continua Grasso, que trabaja para la agencia romana Top Casa. "Sólo que tendrás que esperar un poco", le dice. Por "esperar", Grasso se refiere a esperar a que el propietario actual muera. Bien abajo, en el contrato de compraventa figura un número entre paréntesis: 88, la edad de la dueña del inmueble.
La peor recesión desde 1975 está minando la salud de los ancianos italianos y forzándoles a hacer cosas que años antes jamás hubieran pensado: vender las casas familiares a extraños con un descuento a condición de que puedan vivir en ellas hasta que se muera.
A este tipo de operaciones se les conoce como "ventas desnudas" porque en la mayoría de los casos los propietarios comienzan a "desnudarse" o desligarse de su propiedad en la medida que el tiempo transcurre... hasta su muerte.

Sólo suponen el 5% de las ventas, pero constituyen uno de los pocos nichos en auge en un sector que hace aguas. En 2008 las operaciones de este tipo se cifraron en 40.000, por las 18.000 del año 2000, según la agencia de estudios inmobiliaria romana Scenari Immobiliari.
"Con una población que crece tanto en edad como en empobrecimiento hay motivos más que convincentes", apunta Mario Breglia, su presidente. "Socialmente hablando, a los italianos les gusta 'morir' en sus casas, y no en asilos", aclara.
Este tipo de operaciones también se da en Francia, donde se conocen como 'en viager'. el comprador paga mensualmente al propietario mientras éste vive en la casa.

Negocio creciente
El 85% de los italianos mayores de 65 años son propietarios de las casas que habitan, según las estadísticas oficiales, de forma que el mercado de 'casas desnudas' sólo puede crecer.
Se calcula que en 2040 unos de cada diez italianos será octogenario, y que el país será uno de los más envejecidos de Europa. Más aún, el salario bruto anual medio de los italianos es de 23.405 euros, un 25% menos que el francés, y sus pensiones también son menores.
Así, "los italianos son ricos en patrimonio pero pobres en liquidez", dice Mario Corsini, presidente de la ONG Propiedad y Vejez, que asesora a pensionistas sobre qué hacer con sus viviendas. "Vender su casa en vida es una de las opciones para engordar sus ingresos sin tener que abandonar sus viviendas"

Rosa, profesora retirada de 85 años, publicó un anuncio en Internet para vender su casa de 50 metros cuadrados con jardín en Roma por 207.000 euros. Se negó a dar su apellido porque no desea que su familia y amigos sepan que necesita vender. "No viviré para siempre, pero mientras esté aquí quiero gozar de una buena vida", confiesa.
Cara y cruz
Pero esperar a que el propietario fallezca acarrea su riesgo. La fórmula para calcular el valor de la operación de compra tiene en cuenta la esperanza de vida media de los propietarios. Pero la realidad no siempre se ajusta a las estadísticas. El comprador puede perder dinero si el propietario fallece con prontitud y perder bastante dinero si este se resiste a encontrar su final.

En 1965, Francia, el abogado Andre-Francois Raffray teñía 47 años cuando compró la casa a una señora de 90, Jeanne Calment, esperando mudarse con us familia en unos pocos años. Nunca llegó a ocuparla, pues Calment se convirtió en la mujer más longeva de la historia de Francia al morir a los 122 años en 1997. Raffray había muerto dos años antes.
"Apuestas a que la vida de alguien pero la jugada te puede salir rana" señala Iain MacPhail, experto inmobiliario de Edimburgo que asesora a compradores británicos en el mercado italiano.
Aún así, las 'ventas desnudas' constituyen una buena oportunidad para muchos jóvenes italianos que quieren meter un pie en el sector inmobiliario.


Fuente: elmundo.es

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